¿Qué es la última milla? Importancia del proceso en la logística para las empresas

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La última milla es uno de los procesos más críticos en la cadena de suministro, ya que tiene un impacto directo en la satisfacción del cliente y en la eficiencia operativa de una empresa. Veamos cómo se garantiza que un producto llegue al consumidor en las condiciones y tiempo prometidos por medio de esta técnica.

¿Qué es la última milla?

La última milla se refiere al tramo final en el proceso de entrega de un producto desde un centro de distribución o un almacén hasta el destino final, generalmente la puerta del cliente. 

Es un concepto fundamental en la logística moderna, especialmente en el comercio electrónico, donde las expectativas de los consumidores sobre la rapidez y la conveniencia de las entregas son cada vez más altas. 

Representa uno de los mayores desafíos para las empresas debido a su complejidad y a los costos asociados, entre otras cosas porque suele implicar múltiples paradas, variaciones en el tráfico, y la necesidad de gestionar entregas en áreas urbanas densamente pobladas o zonas rurales de difícil acceso.

Los retrasos o errores en esta etapa pueden afectar negativamente la experiencia del usuario, lo que a su vez puede dañar la reputación de la marca.

Importancia de la última milla en la logística

La última milla es un componente vital en la logística, con la implementación de estrategias innovadoras y sostenibles, las empresas pueden enfrentar los desafíos de la última milla y convertirlos en una ventaja competitiva en factores como:

Satisfacción del cliente

La fase final del proceso de entrega, que lleva los productos desde el centro de distribución hasta la puerta del consumidor, es donde se forja la impresión final que el cliente tiene de una empresa. 

La rapidez, precisión y conveniencia de la entrega son aspectos cruciales que influyen directamente en la experiencia del usuario, por lo que si se gestiona de manera eficiente, con entregas puntuales y sin inconvenientes, el cliente queda satisfecho y es más probable que repita su compra y recomiende la empresa a otros. 

Su importancia radica en su capacidad para cerrar el ciclo de la experiencia de compra de manera positiva en un mercado altamente competitivo, donde los consumidores valoran la conveniencia y el servicio. 

Por esta razón, las empresas invierten cada vez más en tecnologías y estrategias que garanticen una entrega exitosa en la última milla, asegurando así la fidelidad del cliente y el crecimiento a largo plazo.

Costos operativos

Esta etapa representa uno de los componentes más costosos y complejos del proceso logístico. Los costos asociados incluyen el transporte, la mano de obra, la gestión de inventarios, y las devoluciones, entre otros. 

Dado que las entregas suelen ser a ubicaciones dispersas y a menudo involucran pequeñas cantidades por envío, los costos por unidad tienden a ser más altos que en otras etapas de la cadena de suministro.

Las empresas que no optimizan este proceso pueden enfrentarse a márgenes reducidos y una menor competitividad en el mercado, y es por ello que se deben hacer inversiones en tecnología. 

Además, estrategias como la entrega en puntos de recogida o la consolidación de envíos de mercancías pueden minimizar el número de viajes necesarios y, por lo tanto, los costos operativos.

Innovación y competitividad

Con el auge del comercio electrónico y las expectativas cada vez más altas de los consumidores en cuanto a velocidad y flexibilidad en las entregas, la capacidad de una empresa para innovar en la gestión de la última milla se ha convertido en un diferenciador competitivo crucial. 

Las compañías que logran optimizar el proceso no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también pueden ofrecer experiencias de cliente superiores, como entregas el mismo día, seguimiento en tiempo real, y opciones de entrega personalizadas.

Es necesario hacer mejoras para satisfacer las demandas actuales del mercado, así como también posicionar a las empresas como líderes en un entorno cada vez más competitivo.

Impacto ambiental

Dado que el tramo final del proceso de entrega, donde los productos son transportados desde un centro de distribución hasta el destino final del cliente, este segmento es a menudo el más ineficiente y costoso en términos de recursos, ya que implica múltiples paradas, rutas no optimizadas, y el uso intensivo de vehículos para entregas individuales. 

Como resultado, las emisiones de CO2 y otros contaminantes pueden aumentar considerablemente, contribuyendo al cambio climático y a la contaminación del aire.

Pero la conciencia ambiental está en aumento, tanto los consumidores como las empresas están exigiendo prácticas más sostenibles. 

Los que implementan estrategias ecológicas en la última milla, como el uso de vehículos eléctricos, la consolidación de entregas, o la optimización de rutas mediante algoritmos avanzados, reducen su huella de carbono y mejoran su reputación y responden a la creciente demanda de sostenibilidad.

Desafíos en la última milla

Pero a pesar de los beneficios, hay muchos desafíos que superar, especialmente en un entorno donde las expectativas de los clientes en cuanto a rapidez y precisión de entrega son cada vez más altas. Detallamos algunos de los principales problemas que enfrentan las empresas en la gestión de la última milla:

Costos elevados

La última milla es la etapa más costosa del proceso de entrega, representando una gran parte del gasto total en la cadena de suministro. 

Los costos se incrementan debido a factores como el tráfico, las entregas fallidas, y la necesidad de cubrir distancias relativamente cortas con alta frecuencia, los cuales se agravan en áreas urbanas densamente pobladas, donde el tráfico y las restricciones de acceso complican las operaciones.

Complejidad logística

La variabilidad en las ubicaciones de entrega, la necesidad de cumplir con ventanas de tiempo específicas, y la gestión de un alto volumen de pedidos en un corto período de tiempo hacen que el proceso sea particularmente complejo. 

La coordinación de rutas eficientes para maximizar las entregas y minimizar el tiempo y los costos es un desafío constante para las empresas.

Satisfacción del cliente

Los consumidores esperan entregas rápidas, flexibles, y sin errores. Un pequeño retraso o problema en la entrega puede llevar a la insatisfacción del cliente, afectando la reputación de la empresa. 

Cumplir con estas expectativas es esencial, pero también representa un desafío considerable, especialmente cuando las demandas son impredecibles o varían significativamente.

Gestión de entregas fallidas

Las entregas fallidas, ya sea porque el cliente no estaba en casa o por errores en la dirección, son comunes en la última milla. 

El problema es que las fallas no solo aumentan los costos operativos, sino que también pueden generar frustración tanto para el cliente como para la empresa. Gestionar y minimizar estas situaciones es un punto crucial.

Impacto ambiental

El transporte tiene un impacto significativo en el medio ambiente, principalmente debido a las emisiones de CO2 de los vehículos de reparto. Con el aumento de la conciencia sobre la sostenibilidad, las empresas enfrentan el desafío de reducir la huella de carbono mientras se mantiene la eficiencia en la entrega.

Dificultades en áreas urbanas y rurales

En las áreas urbanas, el tráfico congestionado, las restricciones de acceso, y la falta de espacios de estacionamiento dificultan las entregas. En las zonas rurales, las largas distancias y las infraestructuras deficientes presentan otros desafíos logísticos, como mayores tiempos de entrega y mayores costos operativos.

Tecnología y automatización

Aunque la tecnología puede mejorar la eficiencia de la última milla, la implementación y gestión de estas soluciones tecnológicas, como la automatización de rutas, el uso de drones, o la incorporación de inteligencia artificial, son retos que requieren una inversión significativa y una gestión experta.

Capacidad de adaptación

El mercado y las expectativas de los clientes cambian rápidamente. Las empresas deben ser capaces de adaptarse rápidamente a estas nuevas demandas, lo que puede requerir ajustes en la infraestructura, la tecnología, y los procesos operativos.

Estrategias para mejorar la última milla

Para mejorar la última milla en logística, las empresas deben implementar estrategias que optimicen la eficiencia, reduzcan costos y aumenten la satisfacción del cliente. 

Una de las estrategias clave es la optimización de rutas, utilizando tecnologías de análisis de datos y GPS para planificar las entregas de manera más efectiva. 

También es fundamental implementar opciones de entrega flexible, como lockers y puntos de recogida. Además, incorporar vehículos eléctricos o bicicletas puede reducir costos y minimizar el impacto ambiental. Finalmente, utilizar tecnología de seguimiento en tiempo real mejora la transparencia y la comunicación con los clientes.

Estrategias:

  • Optimización de rutas con tecnología avanzada
  • Implementación de opciones de entrega flexible (lockers, puntos de recogida)
  • Uso de vehículos eléctricos o bicicletas para entregas
  • Incorporación de tecnología de seguimiento en tiempo real

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