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Hablar de empaques sostenibles ya no es hablar de una tendencia, es un tema de competitividad y necesidad. Los países de destino, el retail y hasta usuarios finales están exigiendo envases más fáciles de recuperar y con menos huella de carbono. Si vendes un producto necesitas entender no solo los materiales con los que empacaras, sino cómo se comportan, qué infraestructura los soporta y qué decisiones te acercan o alejan de la circularidad. Aquí veremos qué es un empaque sostenible, sus tipos y cuál elegir para tu negocio.
Índice
Cuando hablamos de empaquetado sostenible hablamos de diseñar el envase pensando desde el origen hasta el fin de su vida útil. No es solo usar un material reciclable es que ese material se pueda recuperar realmente en el sistema local donde tu producto se comercializa. Esa es la diferencia entre “green marketing” y impacto real. Un empaque sostenible considera extracción, producción, transporte, almacenamiento, uso, reuso potencial y disposición final, midiendo impactos y priorizando circularidad.
Uno de los principios de la sostenibilidad es la optimización de recursos, por eso, cuando el empaque se diseña desde sostenibilidad se eliminan capas inútiles, reduciendo el peso y el volumen para optimizar la logística de transporte; lo que tiene un impacto en la reducción de costos y la huella de carbono, mejorando la tasa de reciclaje real, lo que crea a su vez una buena imagen en los consumidores y fomenta la recompra.
Hoy dominan en el mercado el papel Kraft, el polietileno (PE) monomaterial en flexibles, el PET transparente para plásticos rígidos, el PLA industrialmente compostable y el vidrio retornable cuando la logística de devolución está cerrada y controlada.
Elige el material que más funciona para tu producto, tu cadena logística y tu mercado.
Lo primero que debes hacer es conocer muy bien tu producto y tu negocio, evalúa tu necesidad de barrera (Por ejemplo: la grasa, el oxígeno, la humedad, la luz), y tus canales de distribución, ya sea retail o ecommerce, porque estos tienen riesgos diferentes como los golpes, la humedad o el apilamiento.
Además, debes revisar qué materiales se reciclan en tu ciudad y qué sistemas existen para recuperar los compostables.
Durante esta evaluación necesitas pedir fichas técnicas a tus proveedores, hablar con recicladores y operadores de recolección, simular un transporte real y medir el costo. Con todos estos datos tomarás una buena decisión.
La Unión Europea y Reino Unido están imponiendo regulaciones fuertes como la EPR (Responsabilidad Extendida del Productor) y PPWR (Packaging & Packaging Waste Regulation). Si quieres exportar desde Colombia, tu empaque debe demostrar composición, reciclabilidad y, en algunos casos, contenido reciclado mínimo.
La primera mejora no suele ser cambiar de material, sino rediseñar para usar menos, optimizar formas, reducir aire dentro del producto, eliminar capas innecesarias y bajar el gramaje. Usar menos también es sostenibilidad, y muchas veces tiene un retorno de la inversión inmediato.
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